domingo, 3 de noviembre de 2013

Jerusalem I, primer día de turisteo, primer día viviendo el cuento de la ciudad

Y es que Jerusalem es una ciudad para visitarla como si fuese un cuento. Tiene personajes, cada uno con su personalidad; tiene lugares, cada uno con su historia; tiene finales, que siempre dan lugar a nuevas historias. Así que en mi caso, la mejor manera de visitarla ha sido metiéndome en el papel del espectador que trasciende la historia, pero con el privilegio de pasear por el escenario y infiltrarme entre los personajes.

Durante mi turisteo por Jerusalem hice, al igual que en Tel Aviv, un tour gratuito con la empreza Sandeman, muy recomendable para introducirte en la ciudad. Además, dentro de la ciudad vieja, que es prácticamente lo que he visitado, está el museo de la Torre de David, ubicado dentro de la antigua ciudadela que servía de entrada a la ciudad.



En el museo, aparte de tener una vistas privilegiadas de la ciudad vieja, y poder visitar la ciudadela, hay una exposición con la historía de Jerusalem, en mi opinión muy bien expuesta, y de la que he extraído la mayor parte de lo contado sobre la historia. La entrada son 25 NIS que merece mucho la pena pagarlos, además, en su Web está disponible la audioguía para descargar gratuitamente.
Os dejo una fotillo de las vistas de la ciudad vieja desde la torre del museo.



Otro punto clave para visitar en la ciudad es el Muro de las Lamentaciones, en el que para acceder hay que pasar un control de seguridad. El muro, lugar de oración por excelencia para los judíos, está dividido en 2 partes, la zona masculina y la zona femenina, mucho más pequeña.



Además, el primer día que fui a verlo, dio la casualidad que se estaban celebrando un montón de Bar Mitzvah, ¿lo qué? :-D Se trata de la celebración judía en la que un niño pasa a ser adulto en sentido religioso, a la edad de 13 años los niños y 12 años las niñas. Durante la celebración, el niño debe acude al templo, en este caso el Muro de las Lamentaciones sirve, al ser parte del Templo más sagrado que jamás ha existido para los judíos. En el Templo, acompañado de su padre, debe recitar ciertas partes del Torá.


Como ya os comenté, al Muro de las Lamentaciones acuden las diferentes comunidades judías a recitar sus plegarias, e incluso dejando en los huecos del muro papeles con dichas plegarias. Al ser un lugar tan sagrado para los judíos, y el vivir con tanta fe su religión, se ven escenas que ponen la piel de gallina. Gente que de verdad ves que lo que están recitando están poniendo su alma en ello, que nada les puede impedir en ese momento orar junto a su lugar más sagrado. Estaré de acuerdo o no con este tipo de fe, pero estoy totalmente de acuerdo en todo lo que se haga desde lo más profundo del alma siempre que se respete los derechos de otros, y eso se siente estando en el Muro de las Lamentaciones.


Justo al lado del muro, hay una plataforma de madera que da acceso a la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentran, entre otros, la Cúpula de la Roca y la mezquita Al-Aqsa. Existen otros accesos a la explanada, pero exclusivamente para musulmanes, como os dije en el último post, los judíos tienen prohibida la entrada, ya que como en esta explanda fue donde estuvieron el Primer y Segundo Templo, quieren evitar que por error pisen el sancto santorum de los antiguos templos. Para los turistas, está este acceso junto al Muro de las Lamentaciones, peeeero, no os creáis que es fácil llegar a acceder, yo lo conseguí al tercer intento. La primera vez porque no sabía que sólo se podía acceder hasta las 14:30, y ya era demasiado tarde. La segunda vez, porque me puse en la cola a las 9:30, y resulta que a las 10:00 cierran el acceso para respetar la oración musulmana, y no lo abren de nuevo hasta las 12:30. Y por fin la tercera vez, me puse en la cola a las 8:45, y tras una hora y media de espera, conseguí acceder, no sin antes pasar el hasta ahora más estricto control de seguridad.

Una vez dentro de la explanada, la verdad que es muy auténtica la sensación de estar cerca de edificios de los que los días anteriores has conocido su interesantísima historia. Estás dentro y te imaginas cómo sería la vida de los judías en el Primer y Segundo Templo antes de que los destruyesen, cómo serían las charlas que daba Jesús al pueblo de Jerusalem... Únicamente se puede visitar los exteriores de los edificios, ya que al ser un lugar extremadamente sagrada para los musulmanes, únicamente éstos pueden acceder a su interior.


Aunque no se pueda acceder al interior, sólo el exterior ya merece la pena la visita. La cúpula con más de 400 kilos de oro, y cada uno de los lados adornados con azulejos que crean dibujos de todos los estilos y colores, una auténtica obra maestra.

Otra de la "estrellas" de Jerusalem es la Vía Dolorosa, ruta considerada como el camino que siguió Jesús desde que fue condenado a crucifixión por Poncio Pilatos, hasta su muerte. Es curioso el hecho de que la ruta comienza en el barrio musulmán, aunque la mayor parte transcurre por el barrio cristiano. A lo largo de la ruta, hay puntos claves de la Pasión de Cristo señalados,  habiendo en total 14 estaciones. Desde la primera, el juicio de Poncio Pilatos, la entrega de la cruz a Jesús, sus caídas, encuentro con María, con Verónica, mujer que limpió el rostro de Jesús con un pañuelo y su rostro quedó reflejado en el pañuelo, y las últimas 5 estaciones, en el interior de la Iglesia del Santo Sepulcro, punto final de la Via Dolorosa. Aquí tenéis algunas de las partes de la vía.





Ni hace falta decir que por el significado que tiene, la Via Dolorosa, y sobre todo, la Iglesia del Santo Sepulcro, son lugares de peregrinación cristiana por excelencia. Esto hace que la Iglesia del Santo Sepulcro, esté prácticamente todo el día abarrotada de gente, lo que en mi opinión empaña la magia que puede tener el lugar, y dificulta el disfrutar de la visita. En la Iglesia, se suceden las estaciones correspondiente al momento en que Jesús es despojado de sus ropas, cuando es clavado en la cruz, el momento de su muerte, cuando le bajan de la cruz y ponen su cuerpo sobre una piedra y por último, donde le dieron sepulcro.

Dentro de la iglesia, en cada una de estas etapas hay contruido un altar sobre el trozo de tierra sobre el que sucedió cada uno de los acontecimientos. Como en la siguiente foto, el altar sobre la piedra donde Jesús murió crucificado.


La capilla donde fue enterrado, con una cola impresionante para acceder a ella.


Y en mi opinión el sitio más emblemático de la iglesia, donde puedes sentir un mayor fervor y sentimiento de los cristianos, la piedra donde yació el cuerpo de Jesús tras bajarle de la cruz.


Si os fijáis, encima de la piedra, hay colgadas una especie de lámparas, rellenas de aceites perfumados que van dejando caer un fino hilo de aceite sobre la piedra, de esta manera los fieles se inclinan ante la piedra y frotan sobre ella todo tipo de objetos, ropas... para bendecirlos.

¿Cansados ya de tanto tema religioso? jeje. Por hoy prometo dejar ya el tema... :-D Otra actividad interesante para hacer en la ciudad vieja de Jerusalem es lo que se conoce como Rampwalk. Simplemente se trata de acceder al interior de la muralla que rodea la ciudad, y recorrerla rodeando Jerusalem. La entrada son 8 NIS, y te permite una vez más trasladar tu mente hacia época antiguas, imaginando cómo se defenderían desde esas murallas, y a la vez te da unas muy buenas vistas de la ciudad.


Y como no, en Jerusalem no podía faltar probar el hummus de uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad, especializado en este manjar protagonista en mi diet israelí, el restaurante Ben-Sira, cerquita de la ciudad vieja.


Esta vez me tiré a la piscina, ¡a lo loco!, jeje, hummus con champiñones, simplemente delicioso. Siendo este el último hummus que comí en Israel, que seguro que no el último del viaje, si hay que hacer un veredicto, me quedo claramente con el hummus que comí el primer día en Jaffa, Tel-Aviv, y este último en Jerusalem. No podía ser de otra forma, ¡un inicio y un final para chuparse los dedos!

Hasta aquí este post, pero aún queda muuucho que contar de Jerusalem, pero para que no os empachéis, el resto de cosas para el siguiente post, que aún nos esperan el Monte de los Olivos, el Museo de Israel, el mercado... ¿Os lo vais a perder? :-D

No existen personas desconocidas, sino futuros amigos por conocer.

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