lunes, 23 de diciembre de 2013

Descubriendo El Cairo. ¡la primera etapa del viaje ya caracoleada!

Sonidos de claxon, contaminación, barrios hiperpoblados, empujones para abrirse un hueco al entrar al metro, ver la vida pasar ante tus ojos cada vez que cruzas la calle... Esto y mucho más es lo que te puedes encontrar el pasar unos días en El Cairo. Creo que la capital de Egipto es una ciudad que puede dar mucho de sí, tiene barrios más tranquilos para pasear, las famosas pirámides de Giza, el museo egipcio, el bazar... Pero quizá fue porque sabía que esta primera etapa del viaje, antes de viajar con Ewelina hacia América Latina, estaba a punto de acabar, y provocó que tampoco estuviese con mucho ánimo de descubrir rincones inóspitos, y estoy seguro que mis 5 días en El Cairo podrían haber sido mejor aprovechados en el sentido de visitar lugares. Y es que a ver, estos dos meses viajando he disfrutado muchísimo, ha sido una experiencia increíble, pero ya hay ganas de juntarme con mi compi de viaje y de vida, ¡y emprender juntitos la aventura por tierras americanas!

Pero bueno, centrémonos en lo que El Cairo me ha ofrecido durante esto últimos días por Egipto. Al día siguiente de volver de la maravillosa aventura por el desierto, planeé una de las visitas obligatorias en todo viaje a Egipto, las pirámides de Giza. Y precisamente por ser el lugar más turístico de Egipto, conviene ir preparado con cierta información, como saber dónde están las entradas al recinto, el precio del ticket, qué incluye el ticket y qué se paga aparte, los horarios, como llegar, experiencias de otros viajeros sobre si es viable visitar las pirámides caminando... Porque desde el momento que bajas del metro en la estación de Giza, la cual está a unos 10 km de las pirámides, ya comienzas a lidiar con personajes intentando timarte con excusas como que el bus hacia las pirámides sólo está permitido para egipcios, incluso te acompañan hasta cerca de las pirámides, y una vez allí te dicen que aparte de las dos entradas al recinto para turistas, hay otra entrada para estudiantes y egipcios, que es mucho más barata, incluyendo un guía y la visita en camello... Y por supuesto, una vez superados estos obstáculos y habiendo entrado al recinto de las pirámides, escuchas otras perlas como que es imposible hacer la visita a pie, que tienes que pagar por ver algo que sabes que está incluido en la entrada, y hasta algún policía que te dice que están a punto de cerrar, que te deja pasar pero si les das una propina... En fin, después de viajar unas cuantas semanas por Egipto uno se lo toma con humor estas cosas, y como he dicho, el hacer la visita conociendo toda esta información de antemano ayuda a lidiar con estos personajillos.

Las pirámides de Giza es otro de esos monumentos que por muchas fotos que hayas visto de ellas, hasta que no estás a sus pies no te haces a la idea de la magnífica obra de construcción que hace más de 3000 años lograron crear durante el Antiguo Imperio Egipcio. A diferencia de la época del Imperio Nuevo, en la que los faraones contruían sus tumbas mediante largos pasadizos bajo tierra, en la época del Imperio Antiguo las tumbas se construían en forma de pirámide, acompañada a su lado con un templo conmemorativo del faraón. En el caso del recinto de Giza, está formado por las pirámides, en orden descendiente de tamaño, de Keops, Kefrén y Mykerinos.

 Pirámide de Keops

Aparte de las pirámides, en el recinto se pueden visitar los templos correspondientes, aunque su estado de conservación es bastante malo, las pirámides de las reinas situadas junto a la pirámide de Mykerinos, y la Gran Esfinge construida en honor del faraón Kefrén.

 Pirámides de Giza

Pirámides de Giza y el viajero

La verdad es que el hecho de que nada más entrar al recinto la primera pirámide que te encuentras sea la de Keops, la más grandes, hace que después, sobre todo la pirámide de Mykerinos, no se aprecie tanto. Aunque por suerte, no sólo en tamaño se diferencian, sino que cada una tiene sus detallitos que la hacen única. Respecto a la Gran Esfinge, igualmente espectacular y otro gran ejemplo del ego que se podía llegar a tener. Cuando vas a la zona de la esfinge, anda por ahí varios niños expertos en fotografía en perspectiva, que por una propinilla te hacen unas fotos muy chulas para el recuerdo.
AVISO: las fotos que veréis a continuación son de alto contenido turista de toda la vida... :-D

El amor llegó...

Saciando el hambre

Esfinge y pirámide de Kefren

Al día siguiente de la visita a Giza, tocó otro de los “debe” en Egipto, el Museo Egipcio. Un lugar en el que te puedes tirar horas y horas sumergido en la historia egipcia o entre los secretos de los tesoros rescatados de tumbas como la de Tutankamon. A nivel personal, destacaría la zona dedicada a los sarcófagos, no por lo que significan, sino por el nivel de detalle con el que los construyeon, con vivos colores y dibujos que te dan pistas de cómo era la persona que ahí fue enterrada. Una vez más, dentro del museo está prohibido hacer fotos, así que es una èna que no pueda documentar estas palabras con material grafico... Si queréis prueba ya sabéis, ¡a visitar El Cairo! :-P

Y por último en lo que respecta a las visitas por El Cairo, quedó darse un paseillo por El Cairo Islámico y el bazar. Se agradece encontrar un lugar así en medio del bullicio del centro de la ciudad, con menos contaminación, menos gente, más tranquilidad... Aunque eso sí, mientras vas paseando por las calles de la zona islámica, hay que andarse con mil ojos para evitar chocarse con las continuas motos que van pasando a milímetros de tí, o con los comerciantes que empujan grandes carros con los productos para vender en el mercado. La primera parte del barrio islámico, empezando la visita entrando por la puerta norte de la muralla que rodea el barrio, es la más tranquila, con calles más anchas, y donde se encuentran las principales mezquitas, como la de Al-Hakim o Ibn Tulun, la más grande y antigua de El Cairo.

 Puerta de entrada al barrio islámico

Mezquita de Al-Hakim

A lo largo de esta primera parte del barrios islámico, aparte de encontrarte cada pocos pasos una nueva mezquita, existen bonotos edificios de clásica arquitectura arábica.

El Cairo, bazar del barrio islámico

El Cairo, barrio islámico

Y así, según vas andando, las calles se van estrechando, la densidad de gente comienza a aumentar, los gritos de los comerciantes empiezan a aparecer, como no... ¡vamos llegando al bazar!

El Cairo, bazar del barrio islámico

El Cairo, bazar del barrio islámico

Como suele ser habitual en los mercado al aire libre en Egipto, gran cantidad de puestos de frutas, carnes y pescados en un aparente no muy buen estado higiénico, comida rápida, ropa, alfrombras... El mejor sitio para sumergirte en la vida local y no atraer miradas típicas hacia el turista ya que la gente está suficientemente ocupada tratando de conseguir buenos productos mediante los más expertos regateos.

Y con todo esto finalizó mi estancia en El Cairo, donde pude disfrutar de la vida local a través del couchsurfer que me alojó, Mohamed, con el que tuve el placer de compartir varias charla sobre su cultura, sus inquietudes, su filosofía de vida... El siguiente paso, vuelo para hacer escala de un día en Barcelona, donde encontrarme con la otra protagonista de la nueva etapa del viaje, Ewelina, y juntitos poner rumbo hacia el continente latinoamericano. Será todo un contraste de clima, de paisajes, de idioma, de cultura, de personas, de comida... Para saber más sobre nuestro encuentro y llegada al primer destino americano, México, ¡estad atentos al siguiente post!

¿Te das cuenta que las pequeñas cosas que nos hacen disfrutar no las hacemos por vergüenza hacia los demás? ¡Corre, baila, grita, ríe a carcajadas! Si alguien te mira mal por ello, es porque en su interior también lo siente pero no es capaz de sacarlo como tú ¡Saquemos el niño que llevamos dentro!

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