viernes, 17 de enero de 2014

Fin de la etapa por Mérida, con sorpresas navideñas y musicales


Esto ya se estaba convirtiendo en algo habitual durante el viaje. Un día te pones a organizar las próximas aventuras: “Perfecto, vamos 3 ó 4 días a Mérida, así visitamos la ciudad, Chichen Itzá y Uxmal, y después ya ponemos rumbo hacia Campeche”, pero enseguida los planes se van abajo, bueno, ¡arriba mejor dicho! Nos gusta ser consecuentes con los objetivos que nos planteamos para esta aventura, y el principal siempre ha sido hacer lo que de verdad sintamos que queramos hacer en cada momento, evidentemente es necesario cierto grado de planificación, pero nos encanta comprobar cómo si es la voz de nuestro corazón la encargada de esa planificación, las experiencias que vamos viviendo y las personas que conocemos hacen de cada día un momento único.

Así que finalmente la etapa por Mérida duró 7 días, principalmente por tres motivos. El primero fue conocer a nuestro couchsurfer durante esos días, Kike, un ser maravilloso, enérgico, divertido, hospitalario, con los brazos siempre tan abiertos como para abrazar a toda persona que pase por su vida, sin agotar nunca el espacio.

De comida con nuestro querido couchsurfer Kike

Está claro que cuando alguien te aloja en su casa, y más sin conocerte, no tiene ninguna obligación, ni darte comida, ni llevarte a los sitios... Pero con Kike sentíamos que cualquier situación que surgiese, cualquier problemilla que tuviésemos, él estaría ahí para hacer todo lo posible por ayudarnos. Desde llevarnos en coche a comprar lo que necesitásemos, llevarnos la ropa a la lavandería, llamar a un médico amigo suyo por un problemilla que tuvimos, en cuestión de minutos convencer a un amigo músico para que se traiga unos instrumentos y montásemos un mini-concierto...

Patrick, Ewe e Iván en pleno concierto

Una de las cosas que estábamos seguros que comprobaríamos durante este viaje, es que el mundo no está tan mal como nos hacen creer, las personas no somos malas por naturaleza. Cada día conocemos gente que nos demuestra todo lo contrario, que si tienes una actitud sincera, positiva, desde el corazón con el resto de personas, ellas harán de espejo y reflejarán todo lo que les transmitas. Y si hay situaciones en las que esto parezca no producirse, será porque no estamos transmitiendo sinceridad real, o quizá la otra persona tenga el espejo algo sucio y necesita ella misma limpiarlo antes de poder reflejar hacia otras personas.

Ufff... con tanto rollo ya me pierdo de lo que estaba contando... ¡Ah sí! Los motivos de habernos quedado más dias por Mérida. El segundo motivo fue la propuesta que nos hizo Kike para pasar la Nochebuena con su familia, que unido a lo comentado en el párrafo anterior, fue una oferta que no fue necesario pensar mucho. Nuestra intención era pasar esa noche con alguna familia mexicana que nos acogiese, pero aunque el plan inicial era haber estado esa noche en otro pueblo, la buena sintonía con Kike, y seguros que ello era en parte por herencia genética, provocó el cambio de planes.

Fue una Nochebuena típicamente mexicana, y contando además con la compañía de dos nuevos couchsurfers que se alojarían también en casa de Kike, Niel de Barcelona y Patrick de Canadá, con los que pasamos muy buenos momentos, conversaciones, risas... La velada comenzó preparando la piñata, costumbre muy extendida en México para la noche del 24, habían alquilado un equipo de sonido con karaoke, la comida ya preparada iba llegando... ¡esto prometía!

Llenando la piñata. De izquierda a derecha: Iván, Patrick, Ewe y Niel

Pero antes de que empezase a llegar el resto de la familia de Kike, por petición de los invitados foráneos, representamos otra de las costumbres de los días previos a la Navidad mexicana, la Posada. En la Posada, se representa cómo la noche del día 24 de Diciembre, María y José fueron de casa en casa pidiendo un lugar donde refugiarse y que María pudiese dar a luz, o lo que es lo mismo, iban pidiendo posada. Así, la tradición es que algunas personas estén de fuera de la casa, junto a la puerta, y el resto dentro de la casa. Cada grupo tiene un texto para cantar dividido en estrofas, cantando a turnos cada grupo cada estrofa. Los que están fuera pidiendo la posada, y los que están dentro haciendo algunas preguntas, ¡muy auténtico! Después del teatrillo, ya fueron llegando los invitados, y bueno, a partir de aquí lo habitual de las celebraciones, copillas con alcohol, alguna cancioncilla en el karaoke, dar gracias todos juntos por el momento cogidos de la mano, ponerse fino a comida...

Cena navideña con Kike, su familia, Patrick y Niel

La velada tampoco se alargó demasiado, hubo gente que se fue yendo a alguna otra fiesta, otras personas que iban llegando para felicitar las fiestas, pero el alcohol fue respetable y nadie se tuvo que avergonazar al día siguiente por nada...jeje.

Y siguiendo con el hilo del post con los motivos por los que alargamos la estancia por Mérida, el tercero y último fue algo que tras un tiempecito viajando comenzamos a comprobar. Siempre hacemos el simil de que viajar es como comer, no es bueno empacharse. Es decir, son maravillosos los días que pasamos visitando restos arqueológicos, museos, parques naturales... Pero en el plan que estamos viajando, cada una de esas experiencias conlleva ciertas acciones que no solemos contar en el blog por no hacerlo demasiado largo, como largas esperas de bus, incertidumbre constante sobre si cogemos el transporte correcto, dónde bajar, cómo volver, llevar comida. Todo esto, al menos a nosotros, hace que muchos días lleguemos a casa cansadillos. Y tras unos días seguidos así, es necesario descansar, no sólo a nivel físico y mental, sino siguiendo con el simil de la comida, para digerir lo visto durante esos días, y así que el hambre por ver cosas siga encendido constantemente. Por todo esto, dedicamos algunos días en casa de Kike para simplemente digerir, en forma de escrituras, lecturas, relajarnos preparando la comida, haciendo yoga, simplemente, ESTANDO.

Puede parecer que viajar es algo que todos llevamos aprendido cómo hacerlo, pero no sólo implica coger un avión y ver cosas, conlleva unos pasos de preparación, de búsqueda entre varias opciones, de toma de decisiones constantes, sobre todo si viajas durante mucho tiempo e intentando economizzar lo máximo posible. ¡Ojo! No pretendo que esto se convierta en un queja, todo lo que implica viajar nos encanta, desde mirar por Internet lugares para visitar, hasta preguntar a la gente local por direcciones, escribir el blog... Creo que todas estas experiencias están creando una base para que viendo cómo disfrutamos a tope cada momento, darnos aún más cuenta que tenemos dentro de nosotros todo el potencial que necesitamos para hacer cualquier cosa que queramos, sólo hace falta llegar a ese potencial, descubrirlo, quitar todos los prejuicios impuestos, todas las capas que no forman parte de nosotros.

"La mayor enfermedad es la ignorancia sobre nuestro propio potencial". Jorge Iván Carvajal

2 comentarios:

  1. No veas Iván, al final vas a tener que pedir vacaciones dentro de las vacaciones ;)
    Te veo con cara de más cansado que cuando estabas en el Middle East Iván... xD

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    1. Serás perro Pere! Ya sabes, siempre es buena la variedad. Si te tiras varios días seguidos sin para de ver cosas te puedes acabar cansando, como si cada día tuvieses que configurar el mismo dominio de Virtual Connect! :-P

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