domingo, 8 de junio de 2014

Llegamos a Lima, ¡donde nos esperaba un reencuentro israelí!

Tras la aventura por la selva en Iquitos, tocó volver a la "civilización", despedirnos de los bichitos, de los machetes, y saludar a los grandes rascacielos, las cadenas de comida y las grandes avenidas de la ciudad de Lima.

Durante las últimas semanas del viaje, nos habíamos cruzado con varios trotamundos entre los que el discurso general era: "¿Lima? No merece la pena quedarse ni un día, no tiene nada para ver".  No somos amigos de crear opiniones en base a comentarios de otros, ya que cada persona es un mundo, y para gustos los colores. Pero aún así fuimos a Lima sin demasiadas expectativas, lo que en muchos casos es la mejor postura para evitar desilusiones o crear sorpresas.

Llegamos a Lima por vía aérea, ya tuvimos suficiente con el camino de llegada a Iquitos entre buses y barco, y esta vez, viendo que el vuelo Iquitos-Lima salía más barato que de nuevo el barco de Iquitos a Yurimaguas, y después un bus de 13 horas hasta Lima, no hubo mucho que pensar en cuanto a cómo llegar hasta la capital peruana.

En nuestra primera etapa en Lima, nos esperaba un nuevo couchsurfer, Henry, un simpático peruano con una forma de vida muy humilde, pero siempre dispuesto a compartir y con un gran proyecto en mente, hacer un viaje alrededor del mundo en unos meses, me suena de algo... jiji.  A través de Henry comenzamos a conocer el barrio de Miraflores, el más conocido entre los turistas, ya que es una zona muy segura, con muchos hostales, y con un nivel de vida alto en general. Es una parte de Lima en la que no encontrarás un monumento majestuoso o un lugar concreto que concentre al turismo, sino que su encanto está en simplemente pasear tranquilamento por sus diferentes zonas, como el parque del Amor, con una escultura muy aclaratoria y con influencias de Gaudí en unos bancos con preciosas frses de amor inscritas; el paseo a lo largo de la costa, adornado con grandes edificios de apartamentos de lujo; o el parque Kennedy, donde se concentra la vida social del barrio y la principal oferta gastronómica. Respecto a este último parque, nos dimos cuenta que en Lima hay parques como este, el Kennedy, el parque John Lehnnon... ¿No existen personajes ilustres peruanos que hayan aportado un gran valor al mundo para dar nombre a los parques? Esta sensación la hemos tenido de forma general durante todo el viaje, donde no vemos que se aprecie en gran medida la cultura local, dando un valor en sobremanera a las influencias extranjeras. Bueno, la verdad, que tampoco se me ocurre un país exceptuando EEUU en el que no pase esto...

Parque del Amor en Miraflores, Lima

Paseo Marítimo, Lima

Otra de las zonas de Lima por las que es toda una delicia pasear y casi dislocarte el dedo índice haciendo fotos es el barrio de Barranco, considerado el barrio bohemio de la ciudad, y es que... ¿qué gran ciudad no tiene un barrio al que se le denomine como "el bohemio"? Al igual que Miraflores, se trata de una zona de alto nivel, con la calles en general muy limpias, grandes bloques de apartamentos con unas vistas increíbles, y un ambiente más relajado y cultural que en el centro.

Barrio de Barranco, Lima 

 Barrio de Barranco, Lima

 Barrio de Barranco, Lima

Barrio de Barranco, Lima

Por su colorido, por sus rinconcitos adornados con flores, por su mezcla de modernidad y ambiente bohemio, definitivamente Barranco se convirtió en nuestro pequeño paraíso dentro de Lima, y sobre todo, la Bajada de los Baños, una calle que une el famoso puente de los Suspiros con el paseo marítima, poco más de 200 metros durante los cuales los colores de las pequeñas casa, las flores a los lados y los exclusivos y bien situados restaurantes te sumergen en el mismo barrio de Montmartre de París.

Bajada de los Baños

Bajada de los Baños

Bajada de los Baños

Puente de los suspiros

A todo esto añadir la deliciosa gastronomía que ha hecho famosa en todo el mundo a Perú, la cual se concentra sobre todo en su capital. Que aunque dos vegetarianos como nosotros, como nos pasa en cada país, no pudimos profundizar en este patrimonio peruano, ya que la carne como en todos sitios es el ingrediente estrella, al menos en lo que respecta a productos básicos (verduras, frutas, ¡¡PAN DE TRIGO!!), pudimos saciar nuestros nostálgicos paladares. Y por otro lado, el detalle de que en varios puntos de Miraflores y Barranco hay instalados pianos para el disfrute público crean un ambiente muy bonito. Aunque es un poco sospechoso que en todos los pianos que fuimos viendo, siempre hubiese un "espontáneo" tocando cual Mozart en sus mejores tiempos...


Piano en el barrio de Barranco

El típico lomo salteado peruano en versión vegetariana

La maravillosa variedad de pan típica en Perú

Pero hay otra parte de toda esta historia, y es que toda esta parte del barrio de Miraflores, Barranco, el barrio de San Isidro, componen una pequeña burbuja en la que generalmente personas extranjeras, o locales con buenas nóminas se concentran aparte de la Lima en la que te aconsejan no salir por la noche, no pasear con la cámara en la mano o tomar un taxi para cualquier desplazamiento. Las zonas que estuvimos visitando eran muy bonitas, incluso nos recordaban al paseo marítimo de Barcelona, con modernos edificios y un ambiente multicultural. Pero hay que ser realistas y saber que esto es sólo una pequeña parte de Lima, una pequeña isla rodeada por un mundo no tan agradable al menos para occidentales como nosotros...

Dentro de nuestra estancia en Lima, hicimos un paréntesis de 6 días durante los cuales volvimos a realizar una de las experiencias que ya se estaban convirtiendo en un habitual desde que pasamos por Colombia, visitar una comunidad Hare Krishna, en este caso, el Eco Truly Park, a 1 hora al norte de Lima. En Colombia estuvimos visitando algunos días el templo Hare Krishna de Manizales, en Ecuador visitamos a los devotos de Quito y pasamos unos días de voluntariado en la finca de Río Negro, parecía que poco a poco iba subiendo la dimensión de los templos que íbamos visitando, y el Eco Truly Park confirmó sobremanera este crecimiento.

Templo del Eco Truly Park

La finca del Eco Truly es inmensa y preciosa, parece que sacada de una película de ciencia-ficción, ya que la mayoría de edificaciones están construidas en adobe en forma ovalada, dando un aspecto muy original a la finca. Durante los 6 días que pasamos con ellos, les ayudamos en la manera que pudimos a mantener limpias las instalaciones, tareas de mantenimiento, o colaborando en adornar el templo ante la celebración del aniversario de la finca que sería en pocos días. Además de trabajar un poquito, al igual que en la finca de Ecuador, nuestros estomágos disfrutaron cada día con abundantes y deliciosos platos vegetarianos, participamos en las meditaciones y ofrendas a las deidas en varias ocasiones, practicamos yoga cada mañana, y por supuesto disfrutamos de un ambiente de buena energía, espiritualidad y compañerismo que difícilmente encontramos en otros lugares.

Zona de habitaciones del Eco Truly Park

Ya comenté en el post de la experiencia con los Hare Krishna en Ecuador, que se trata de una comunidad religiosa, con orígenes hindús, que basan su filosofía en principios como el vegetarianismo, la no violencia, evitando el sexo ilícito o los juegos de azar. En gran medida nos sentimos tan a gusto en compañía de los devotos por estos principios, sobre todo el vegetarianismo, la no violencia, tanto hacia otros como hacia uno mismo, y la visión del sexo como una unión amorosa entre dos personas. Aunque como ya comenté, sentimos que no forma parte de nosotros un seguimiento devocional total, especialmente en lo que se refiere a la adoración de figuras y seguimiento de un gurú. Más bien sentimos que nuestro crecimiento interior debe formado por pequeños granitos de arena procedentes de nuestros padres, amigos, diferentes gurús, maestros espirituales, nuestra propia experiencia y criterio... Tal y como dice Krishnamurti en su libro "El arte de vivir", el seguimiento de un gurú genera en la persona un ideal o ejemplo a seguir, lo cual provoca miedo, comparación. Comparación entre lo que uno es y lo que le gustaría llegar a ser, en este caso, esto último queriendo llegar a ser la reproducción de los valores de otra persona. Vamos, que tranquilos, que hasta ahora estamos muy a gusto no formando parte de ninguna comunidad, preferimos ir cogiendo aquello que nos parece provechoso de diferentes fuentes.

Y tras estos 6 días de limpieza interior y exterior, pusimos de nuevo rumbo a Lima, esta vez pasando primero un par de días con Julian, un couchsurfer irlandés con raíces de Hong Kong, que muy amablemente nos abrió las enormes puertas de la mansión que su empresa la presta para su estancia en Lima. Tras esos dos días con Julian, pasamos otros dos días en un hostal por la zona de Miraflores, donde coincidimos con una de las grandes sorpresas de nuestra estancia en Lima. Para los que seguís el blog desde sus inicios, quizá recordéis que cuando estuve en Israel, antes de ir a Jerusalem, pasé un día en la casa de un couchsurfer llamado Amitai, que vive a las afueras de Jerusalem. Pues resulta que Amitai comenzó también un viaje por Sudamérica prácticamente al mismo tiempo que nosotros, pero en sentido contrario, y durante este tiempo hemos estado en contacto informándonos de dónde estábamos para ver si podíamos encontrarnos. ¡Y por fin el tan esperado reencuentro llegó en Lima!

Los caracoles con Amitai y su inseparable barra de pan

Estas son las experiencias mágicas que sólo un viaje así te pueda regalar. Un día llegas a casa de un desconocido israelí a las afueras de Jerusalem, pasas el día con él haciendo una excursión, hay buena conexión entre los dos. Con el tiempo aún mantienes el contacto, y unos meses después, nos vemos las caras de nuevo a miles de kilómetros de Jerusalem. Es una sensación indescriptible, reencontrarte con alguien que aunque apenas conoces, al verle de nuevo le das un abrazo como el de un amigo de toda la vida que hace tiempo que no ves...

Así que durante esos último días en Lima, disfrutamos de la compañía del gran Amitai, con el que aparte de enseñarle Miraflores y Barranco, aprovechamos para ir a visitar el centro histórico de Lima, declarado Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad. La verdad que el título podría merecérselo, se pueden ver edificios muy biien conservado con toques coloniales, y la Plaza de Armas es toda una preciosidad. Pero la mona aunque la vistan de seda... Inevitablemente este bello centro histórico sufre las consecuencias de la mala cultura contaminante y de respeto hacia su tierra por parte de la gente que predomina en la mayor parte de Lima.

Centro histórico de Lima

Plaza de Armas de Lima

Centro histórico de Lima

Y hasta aquí llego la estancia en Lima, protagonizada por paseos por un escenario no del todo real, unos días compartiendo un mundo de valores y energías que estoy seguro que su extensión harían todo más fácil, y un reencuentro de esos que te hacen sentir que esta experiencia del viaje nunca dejará de sorprenderme.

¡Un abrazo!

"No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual. Somos seres espirituales teniendo una experiencia humana." Pierre Teilhard de Chardin

2 comentarios:

  1. Hola chicos,
    veo que seguimos enteros yde una pieza tras pasar por los bichitos y y usar los machetes jajajajajaj!!!!
    Buena pinta tienen estos barrios de lima. Ya veo que hay comunidades Hare Krishna por todos los lados del mundo.
    Un abrazo.

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  2. Muy buenas Ibarra!! Pues si, aun seguimos dando guerra por tierras americanas, preparando el proximo proyecto para hacer la serie de "Ivan y Ewelina de la jungla", jeje. Un abrazo!

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