viernes, 10 de octubre de 2014

Mendoza, un oasis a pie de los Andes, un paraíso para los amantes del vino

En aquellos tiempos en los que los españoles se vinieron al continente americano para plantar banderas a diestro y siniestro, la ciudad de Mendoza fue un importante paso comercial entre Buenos Aires y Santiago de Chile atravesando los majestuosos Andes. Bien, casi medio siglo después de aquella época, dos caracoles viajeros procedentes también de europa, se disponían a hacer uso de la ciudad mendocina igualmente como ruta de paso hacia uno de los destinos de su aventura, Santiago de Chile, no tanto con objetivos comerciales, sino con objetivos culturales y sobre todo de continuo crecimiento interior. Sin embargo, para estos caracoles Mendoza se convertiría en algo más que un simple vínculo transitorio entre el país gaucho y Chile, ya que la amabilidad de los mendocinos, su rica comida, los cientos de árboles que creaban un paraíso natural urbano, y ciertas condiciones climáticas extremas, nos "obligaron" a quedarnos muy gustosamente más de una semana en Mendoza.

Ya nada más llegar a Mendoza mientras el sol iba desapareciendo al otro lado de los Andes, notamos que estábamos en una ciudad diferente. Ok, sí, diferentes son todas, pero me refiero por ejemplo al hecho de llegar casi de noche, dejar las mochilas en el hostal después de unas cuantas horas de viaje, y que aún así nos apeteciese salir a dar una vuelta por la ciudad, en unos minutos desde que habíamos llegado ya percibíamos un ambiente especial.

Siguiendo la tendencia de los últimos lugares que habíamos visitado en la provincia de Córdoba, donde la mayoría de ellos compartían la faceta de no tener ningún monumento o museo impresionante que ver, pero si un entorno natural, tranquilo y en el que caminar y caminar descubriendo siempre nuevas pequeñas maravillas, Mendoza podríamos decir que entraría dentro de este grupo, pero siendo una ciudad. Es decir, la ciudad es de sobra conocida por su sistema de riego a través de acequias (canales pequeños), que recorren el largo y ancho de Mendoza, permitiendo que todas las calles estén adornadas por cientos de árboles, cual caballeros que forman un túnel con sus espadas a algun personaje importante, aunque eso sí, dado que nos tocó la estancia en pleno invierno, estaban un poco desnuditos...

Túnel de naturaleza en Mendoza

Tras el gran terremoto que sacudió Mendoza en 1.861, que destruyó prácticamente toda la ciudad y se llevó a más del 50% de la población, se reconstruyó por completo la localidad, quedando prácticamente en lo que es hoy a nivel de distribución. En la que la plaza Independencia, preciosa, verde, variada, social, sirve como punto central.

Plaza Independencia de Mendoza

 Plaza Independencia de Mendoza

Rodeando la plaza Independencia, existen otras 4 plazas de menor tamaño: la plaza Italia, España, Chile y San Martín. Cada una de estas 4 plazas diferente, única, con motivos que recuerdan y hacen honor al nombre que le pusieron. Y que no es porque el que escribe haya nacido en territorio español, pero para nosotros destacaba por su belleza y ornamentación la plaza España, en la que nada más entrar parecía que te transportabas a un típico patio andaluz al aire libre.

Plaza España en Mendoza 

Plaza Chile en Mendoza 

 Plaza Italia en Mendoza

Plaza San Martín en Mendoza

Aparte de darnos unos buenos paseitos por el centro de Mendoza y deleitar nuestras tripitas con algunos de los restaurantes vegetarianos más deliciosos que hemos encontrado durante todo el viaje, por estas tierras está de moda los restaurante que te cobran por peso (no el tuyo, el de la comida que te vas a meter entre cuerpo y espalda...jeje), si te alejas unos 30 minutos caminando del centro, llegas a una de las joyitas de Mendoza, el parque San Martín, con 17 kilómetros de caminos para pasear, ¡casi ná! Nosotros apenas haríamos unos 2-3 km en la tarde que pasamos en el parque, pero yo creo que suficientes para participar en la fiesta de aire puro, gente deportista y relajada y buen ambiente que se respira por todas partes.

Puertas de acceso al parque San Martín en Mendoza

Lago artificial del parque San Martín en Mendoza 

 Alfombra natural en el parque San Martín en Mendoza

Pero si sólo disfrutar de la ciudad de Mendoza ya fue motivo más que suficiente para unirla a nuestra lista de destinos viajeros, alejándote unos pocos kilómetros hacia el sur, tienes una de las atracciones principales de esta zona de Argentina. Atracción para visitar en esta zona, y atracción en todo el mundo para degustar lo que se produce, ¡el vino!

Alrededor de la ciudad de Mendoza, a menor o mayor distancia, existen varios destinos populares para el turismo vinícola. Como al final un viñedo es parecido en Argentina o en La Rioja, decidimos ir a Chacras de Coria, un pueblito a pocos kilómetro de Mendoza. El tema como es de esperar por su popularidad, está muy bien organizado. Lo común y seguro que más gratificante, es visitar las viñas en bicicleta. Primero porque los paisajes de la zona invitan a pedalear al aire libre mientras pasas de un viñedo a otro, y segundo, porque para ir de una viña a otra la distancia puede ser de 3-4 km, y si quieres visitar unas cuantas en la jornada, se puede hacer muy cansado si vas a pie. El punto menos positivo, según cómo se mire, es que para cuando llevas ya 2-3 bodegas visitadas, con sus correspondientes catas de vino, ¡la conducción de la bici se convierte en un deporte extremo! jeje

Desnuditos viñedos, los Andes al fondo, y un caracol en bici

La verdad que el hecho de haber visto unos días antes fotos de la zona, con viñas rebosando verdor con los Andes al fondo nevaditos, nos había ilusionado para hacer las delicias de nuestras cámaras. Sin embargo, como habréis podido ver en la foto anterior, de verde poco, ya que estábamos en pleno invierno, y no es la mejor época para visitar los viñedos. Pero eso sí, el pequeño chasco fue de sobre compensado con la experiencia de visitar las bodegas. Visitamos dos de las muchas que hay por la zona. La primera porque era una bodega ecológica, y queríamos conocer las peculiaridades de la producción de vino sin utilización de pesticidas y con agentes químicos mínimos, ya sabéis, cuanto menos veneno podamos meternos para nuestro bonito cuerpo mejor. Y la segunda, nos la recomendaron como una de las pocas bodegas en la que su dueño, Carmelo Patti, no sólo hace del vino un trabajo que le da para comer, sino que el vino es su gran pasión, y por lo que pudimos comprobar charlando con él, ¡es prácticamente su vida! Nada de sucumbir a tentaciones de vinos producidos en masa con peor calidad, nada de gastarse fortunas en marketing y publicidad. El boca a boca, el trabajo hecho a mano y con cariño es su seña de identidad. Como ejemplo el detalle de que era la única bodega que no cobraba por la visita, e incluso rechazó contundentemente la propina que una turista le ofreción. Todo un ejemplo de amor y pasión por su trabajo este Carmelo Patti.

Vinos Carmelo Patti en proceso de embotellado 

 Los caracoles con el carismático Carmelo Patti
 
Cata de vino en la bodega ecológica 

Interior de la bodega ecológica

Al final, aunque fueron sólo dos bodegas las que visitamos, entre las más de 6 copas de vino que degustamos, entre tanto término técnico, que si sulfito por aquí, malbec por allá, cabernet, suavignon... La cabeza nos daba algun vuelta que otra, así que tras llenar bien los estómagos en un restaurante con una terracita que era una maravilla para todos los sentidos, agarramos de nuevo las bicis para devolverlas, y vuelta a nuestra estación base en Mendoza.

Y como última actividad a destacar de nuestra estancia en la ciudad mendocina, la "visita" al techo de América, al vigía que todo lo ve en el hemisferio sur, la famosa montaña Aconcagua, el pico más alto del continente con sus imponentes 6.960 metros. Como sabréis, el Aconcagua forma parte de la cordillera de los Andes, y mira, como estábamos "al ladito" de ellos, por qué no hacer una escapadita en bus de 4 horas ida y otras 4 de vuelta sólo por ver la montaña...jeje. La verdad que lo pienso ahora con la distancia y ya son ganas... :-D De todas formas, a pesar de las más de 8 horas en bus que nos pegamos durante aquel día, y que por si fuera poco al llegar al centro de visitantes del parque Aconcagua nada más entrar nos saludan con: "Hoy no podrán ver el Aconcagua, está todo muy nublado". ¡Choffff! Jarro de agua fría por encima. Pero bueno, a pesar de ello, fue muy divertido volver a tocar la nieve, jugar un poco con una guerra de bolas, sentir el intenso frio del invierno en plenos Andes, y sobre todo, la panorámica que nos ofrecía el bus del amanecer mientras nos íbamos acercando hacia la cordillera, uno de los momentos mágicos del viaje... Eso sí, para la próxima, si alguien tiene esta brillante idea, le recomiendo que antes de salir llame al centro de visitantes y se informe de cómo esta el panorama... jeje

En plena conquista del Aconcagua, que se supone que está al fondo tras las nubes.

¿Dónde estás Acocangua bonito?

Pero para que no os quedéis con ese regustillo amargo de no haber podido ver a través de nuestra experiencia el famoso Aconcagua, os adelanto alguna foto de la montaña que sí que pudimos ver cuando volvimos algunos días después desde Chile hacia Argentina pasando en el bus por el mismo lugar. En el último momento, ¡pero la montañita se quiso despedir de nosotros!

Varios días después, el Aconcagua antes nosotros, el pico de la izquierda.

Y ya después de patearnos Mendoza en cada esquina, rodar en bici entre viñedos, experimentar como sube a la cabecita el vino argentino y hace una visita a la montaña más famosa de América, a pesar de aquel día no recibía visitas, tocaba poner punto y seguido a la etapa mendocina. Eso sí, Mendoza se hizo de rogar, y parecía que Argentina en general nos había tomado especial cariño, porque durante 3 días tuvimos que quedarnos esperando en el hostal debido a que la frontera a través de los Andes hacia nuestro siguiente destino, Chile, estaba cerrada por el mal tiempo. Así que durante 3 días nos despertábamos repitiendo el protocolo de llamar a la empresa del bus, recibir la negativa de la apertura de la frontera, y dedicarnos el resto del día a disfrutar del acogedor hostal, e ir preparándonos mental y físicamente para el fin de este gran sueño viajero que poco a poco iba llegando. Pero no os preocupéis, antes de eso, queda muuuuucho para que conozcáis: Santiago de Chile, las casas de Pablo Neruda, Valparaíso, Buenos Aires... ¡No nos abandonéis ahora que ya queda poco! :-P

¡Un abrazo!

"El futuro pertenece a quienes creeen en la belleza de sus sueños" Eleanor Roosevelt, primera dama, activista y diplomática por los Derechos Humanos.

4 comentarios:

  1. uhh no esta el aconcagua!!, les muestro una foto tomada por mi, fue en verano https://500px.com/photo/66782497/in-the-top-of-america-by-federico-franzolini?from=user_library hermoso lugar Mendoza, si alguna vez vuelven con mas tiempo el sur de Mendoza es para mi gusto aun mas lindo (se los dice alguien que vive en Bs As y cuando viaja busca tranquilidad... ajjaja por eso me gusto mas el sur, mucho mas tranquilo....), igualmente Mendoza es hermosa.

    ResponderEliminar
  2. jejeje, qué diferencia de tu foto a cuando nosotros estuvimos Federico! Al final, cuando viajas durante largo tiempo, es dificil que todo cuadre para coincidir en todos los sitios en la mejor época... Aún así el entorno de montañas y nieve es increible!

    ResponderEliminar
  3. Chicos, me sorprendieron en el post anterior en donde avisan que regresaron!!!???
    Hola!, yo soy Ana Luisa, de Chile. Encontré el blog cuando buscaba información para preparar nuestro viaje por Europa y el norte de África, ahora mi marido y yo ya estamos en ruta 
    Cuando puedo leo del viaje de los caracoles, me gusta mucho el enfoque que tienen.
    Un abrazo… y si quieres podemos ponernos en contacto, intercambiar experiencias, conversar sobre Chile, España o lo que sea, este es mi email: anlusalinas@hotmail.com Te dejo también el link de nuestro blog por si le puedes echar un vistazo www.anyalpatiperros.blogspot.com

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ana Luisa! Un placer conocerte, y me alegro mucho que viajes con nosotros a través de nuestro blog! Acabo de ver que estáis por Florencia, una maravilla de ciudad! Aprovechad ese tiempo que estaréis por allí y empaparos de la belleza de la Toscana, sus paisajes que sirvieron de musas a muchos pintores, sus pudeblecitos congelados en el tiempo, su comida que será la punta que os haga enamoraros locamente por esta región! Un abrazo enorme y disfrutar cada minuto de la gran aventura!

      Eliminar